Me alojé dos noches en el mes de mayo. La casa se encuentra en medio de la zona histórica del bello pueblo de Menton. Además de lo bello del lugar, destaca la hospitalidad de la propietaria, Beatrice, una excelente anfitriona. Además de hablar un perfecto español, ningún detalle se le escapa, desde llamar a la oficina de turismo de un pueblo cercano (Eze, lo recomiendo, una pintoresca aldea medieval en las alturas frente al mar) para averiguar horarios, recomendarme paseos y restaurantes, hasta prepararme un fantástico almuerzo para que me llevé el día que partí en tren hacia París. La habitación (en realidad, un pequeño apartamento en dos niveles) es muy amplia y cómoda, luminosa, con WiFi y TV. El baño muy amplio, con una gran bañera, todo muy bien decorado. El desayuno fantástico, incluye una amplia variedad de quesos y fiambres, frutas, cereales, jugos, café. Todo preparado y servido por Beatrice en un lindo patio arbolado. Sin lugar a dudas, un lugar perfecto para descansar, en un bello pueblo con atmósfera italiana a solo 10 minutos en tren de Mónaco. Volvería sin dudarlo.…