El lugar es muy bonito, cerca de la Cibeles en la Roma... con tapas ricas y delicioso clericot hecho con vino a elegir. Los postres son una delicia y los chavos que te atienden son muy amables. Sólo un tema con las bancas, al ser de madera y no tener respaldo, con el paso del tiempo tienden a ser incómodas.
Rico si quieres tapear y pasar un buen rato.
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