Es un hotel muy bien situado, en uno de los canales principales de Ámsterdam. Lo primero que llama la atención es la amabilidad del personal de recepción, siempre dispuesto a ayudar al viajero. Nos tocó una habitación junto a la recepción, pero a pesar de estar muy cerca de la puerta, apenas notamos ruido. El hotel dispone de un ordenador e impresora para los huéspedes que nos resultó muy útil para hacer las reservas en museos e imprimir directamente los billetes. La recepcionista nos ayudó mucho en las reservas, algunas las hicimos directamente con el hotel y nos fue muy bien. El desayuno es muy completo, con muchos tipos de pan y fruta, además de yogurt, cereales, varios quesos, etc. En resumen, un lugar para volver.