La Tulip Guesthouse es un lugar de hospitalidad. Te reciben y te tratan como si estuvieras con tu flia y se preocupan por solucionarte problemas y por saber como te sentís y como te está yendo el viaje, es sinceramente un lugar recomendable y si uno viaja solo, mucho más.
Los consejos, las recomendaciones de lo mejor, para sentirse un turista con un poco más de información y tomar las opciones correctas.
La mermelada de rosas, lo más recomendable e inolvidable y la vista del Bósforo desde el desayunador.
El lugar es super limpio y las habitaciones muy cómodas con una linda ambientación turca.
Para volver sin duda.
La dueña es muy buena onda y siempre está para darte una manoMás
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