Estuvimos alojados 8 noches. Suficientes para conocer bien el hotel y sus empleados. El hotel está nuevo, la decoración es linda, el baño es grande y las habitaciones tienen todo lo que necesitás: caja fuerte, muchos amenities, frigobar, máquina de café (cápsulas incluidas), secador de pelo, espejo con aumento y luz...
Todos, todos los empleados fueron muy amables. No voy a decir q no hubo errores, porque en 8 días los hubo, pero todos fueron solucionados sin problemas y en el momento. Ej.: no encontraban la reserva, pero enseguida tenían una habitación para nosotros; no funcionaba la caja fuerte, pero se pudo arreglar.
El desayuno es algo diferente al resto de los hoteles, se sirve en el lobby de cada piso, frente a los ascensores y se toma en la habitación, pero tiene la ventaja de que cada uno puede tomar lo que quiere y si sobra algo lo guarda en su heladera y no lo tira. Además de tener siempre el desayuno en la cama! ;)
Algo muy lindo también es que entre las 3 y las 5 de la tarde, después de un paseo súper frío por la ciudad, te esperen con café y cookies de cortesía en la recepción del hotel. Además, cuando hacés el check in te entregan una tarjeta para un "welcome drink" y cuando vas a tomarlo otro día te das cuenta que también hay algo de comida de cortesía.
Lo mejor, sin dudas: la ubicación. Excelentísima. Cerca de todo: Chicago Blue, Hard Rock Café, Reinforest Café, Andy's Jazz Club, Millennium Park, etc, etc... ¡Volvería!