Hotel de cadena, con zonas públicas y espacios privadas perfectamente adecuados; la cascada del atrio es brutal o impresionante dependiendo de tus gustos.
Es práctico para el centro de la ciudad: a unos diez minutes caminando; también para la universidad si estas visitando estudiantes allí. El buffet del desayuno era adecuado, aunque insulso; el café era bastante insípido y la experiencia entera del desayuno bastante impersonal, anónimo, de autoservicio y soso. Tanto a mi colega como a mí nos dieron habitaciones de minusválidos, pues el hotel al parecer estaba" lleno al 100%” durante nuestra estancia y no había habitaciones con bañera disponibles.
En conjunto, un hotel de tipo tres estrellas, salvo el personal (una mujer y un hombre), que eran constantemente amables, alegres, agradables y considerados en todos nuestros encuentros con ellos, hacen que quiera darle al hotel un cuatro. Supongo que esta amabilidad es bastante típico de la hospitalidad y la cortesía sureña que nos parece a los ingleses ocasionalmente un poco excesiva y amanerada, pero que parece totalmente natural en la mayor parte de la gente que me encontré en Nashville.