Construido a mediados del S.XIII por orden del emperador Federico II Hohenstaufen. Está situado sobre una colina que domina la llana Puglia. Famoso por su planta octogonal. Se articula alrededor de un patio de la misma planta y ocho torreones en las esquinas también de planta octogonal, parece ser que imitando la corona imperial. Cada planta está intercomunicada con todas las salas en circulo y las plantas por escaleras de caracol en los torreones. Se visita la planta baja y el primer piso estando vetado actualmente el acceso a las terrazas aunque se nota que fueron visitables en otro tiempo ya que se pueden ver barandillas desde el exterior. Es gótico y conserva algunas decoraciones en piedra, pilastras y capiteles, grandes ventanales guarnecidos con bancos, balcones hacia el patio y restos de enormes chimeneas y sus tiros. Llama la atención la puerta de acceso con escalinatas y frontón clásico y que no tiene foso. No parece que fuera una fortaleza defensiva. Es precioso, pero no es muy grande como para alojar la corte, tropas, sirvientes etc. La entrada nos costó 7€ allí mismo. Parece que en temporada alta hay que reservar por internet con un coste de 10€. Las visitas tienen una duración limitada de 45 min. El parking cuesta 5 € para turismos y, como está a unos 2 o 3 km por la carretera (si se pudiera ir en recto menos), hay un autobús que no sé cuanto cuesta porque no lo cogimos. Un coche de la policía evita que algún despistado suba al castillo directamente. El enclave es solitario, no hay población cercana. En el parking hay servicios (de pago) la parada del bus y un restaurante. Arriba tiendas y otro bar/restaurante. A mi juicio, merece mucho la pena su visita.

Pese al elevado precio de la entrada (10 euros sin guia, menores de 18 gratis), resulta impresionante visitar este castillo perfecto, la visita se hace bastante rapido ya que solo se pueden ver planta baja y piso, no se accede a las torres ni a la azotea del castillo. Hay cuartos de baño gratuitos dentro del area de visita, fuera del castillo. Evitad el restaurante Sforza a la entrada/salida, servicio catastrofico, lento y carisimo. Si vais/venis de Bari podeis combinar la visita con la ciudad de Gravina di Puglia.