Visitamos la sucursal de la Bastilla un lunes, reservamos un paquete para 2 personas con modelaje y hammam y fuimos con mi mejor amigo. Spa muy elegante y bien decorado. Tuvimos una gran masajista que realmente trabajó en nuestras áreas de dolor. Señoras muy profesionales. Tuvimos un masaje de cuerpo completo durante una hora. Luego fuimos al hamam, que era pequeño pero perfecto para una pareja. Se sentía fresco y limpio en cada habitación. Y se tomaron precauciones de covid. Cuando terminamos, nos ofrecieron un té de hierbas frescas y dulces y pasamos un rato relajante en el salón, no nos apuraron. En general, muy satisfecho con la experiencia y el gran valor en París. Recomendamos a amigos y familiares.

Esta fue mi segunda vez aquí, llevé a mi esposo conmigo ya que la primera vez que estuve allí sola fue un verdadero placer. Esta vez fuimos allí durante la semana y el hammam comenzó a la 1 pm, (tomamos hammam, exfoliante y masajes, en total 2 horas) la niña tailandesa que nos recibió era tan fría en comparación con lo que esperábamos, parece que La perturbamos de comer. Somos el único cliente en ese momento, así que ella nos llevó a Hammam. Después de casi 30 minutos, otra niña vino y me avisó que podíamos tomar una ducha en 5 minutos y estar listos para el matorral, así que lo hicimos, pero luego, cuando salimos, nadie estaba allí, mi esposo comenzó a saludar, ¿había alguien allí? en francés, pero nada, así que nos acercamos a las escaleras donde hay agua y, mientras bebíamos, volvió a llamar, pero nada, después de unos minutos, una chica nos miró desde la escalera y comenzó a hablar diciendo 'debemos subir, han estado esperando por mucho tiempo "de una manera muy descortés, como si no estuviera hablando con un cliente que paga". Luego procedemos a la habitación cercana al casillero y luego 2 mujeres (las mismas personas) llegaron y nos pidieron que nos tumbáramos boca abajo, pero cuando empezaron a fregar, comenzaron a hablar también en tailandés y nunca se detuvieron hasta que terminaron, le dije a mi esposo que Les pediré que dejen de hablar si todavía estarán hablando durante el masaje, afortunadamente, no lo hicieron. Fue un momento agradable durante una hora hasta que nos llevaron afuera para tomar el té. Nos dimos cuenta de que habían dejado de hablar porque el dueño estaba afuera, queríamos decir algo, pero ella estaba hablando por teléfono cuando estábamos a punto de irnos, pero fue agradable detenerse y decir adiós. Honestamente me gustó allí, pero prefiero probar y experimentar otro lugar alrededor de París. Y en caso de que un día vuelva mal, me aseguraré de que el dueño esté cerca.