Un sitio rodeado de naturaleza, animales y muy buen ambiente. El personal es muy hospitalario y muy cercano. Se puede pasar el día completo, viendo y dando de comer a los animales, disfrutando en el castillo hinchable, pasear por el recinto (tiene un paseo estupendo) y se puede comer allí, tomar te, helado, tartas deliciosas. Los precios son bueno y la calidad también. Todo muy limpio y muy bien cuidado. De lo mejor que he visto en Irlanda.