Estuvimos una noche entre semana, y el local estaba lleno a rebosar, te recibe Michou con un cocktail azul (todo Michou es azul) La cena estuvo muy buena, el vino un burdeos tinto, muy rico, el entrante y el plato principal "apañado", el postre también rico. Eso sí el espectáculo maravilloso. Te evoca el pasado con canciones de artistas franceses de otra época. También jóvenes imitando a la perfección a divas de hoy. No hablo francés y aún así me lo pasé genial. La gente se partía con los chistes (supongo graciosos) Una experiencia única y muy muy recomendable