Nada más entrar, Enzo, el anfitrión, nos recibe en un lugar lúgubre muy bien decorado y explicándonos en detalle la misión que tenemos que cumplir. Una experiencia única y distinta que se puede disfrutar en el centro de París, el concepto es algo diferente a una escape room, pero no por ello menos interesante sino todo lo contrario. La decoración e interpretación de Enzo y Thibault fue magistral, actores que se meten en el papel y te hacen viajar a otro mundo. Sin duda recomendable y esperemos que para nuestra próxima visita tengan un nuevo reto que ofrecer