La compañía de autobús que opera diariamente para hacer los transportes desde París hasta el aeropuerto de Beauvais te pide específicamente estar tres horas antes de la salida de los vuelos Ryanair. Como es normal en viajes con aeropuertos de por medio, mi hermana y yo llegamos media hora antes de lo recomendado, o más bien, exigido, por la compañía.
Una vez en la estación nos encontramos ya con una cola de gente esperando. Había bastante gente pero supusimos que, siendo la compañía oficial, sabría qué vuelos estaban programados y lo tendrían previsto y habría más de un autobús. Ya en la cola seguía llegando gente a esperar el bus. Hasta el punto de ver los empleados empezarse a estresar y contar pasajeros una y otra vez y susurrando entre ellos, sin ningún comentario hacia los clientes.
En ese momento llegó el autobús, a la hora prevista, y empezaron a cargar por grupos. Unas diez personas por delante cerraron la fila gritando: “el próximo autobús sale en 35 min”. Sin más explicación, gritando des de lejos.
De Paris a Beauvais hay 1:15 min de trayecto, el bus llegó 3 horas antes del vuelo, pero tardaron más de 20 min en cargarlo e irse. Con lo cual la noticia de que el próximo llegaba en 35 min nos la dieron mensos de 2:40 antes del vuelo, o sea que el bus llegaba 2 horas antes teniendo un recorrido de 1:15, dejando 45 min de margen (teniendo que descontar el tiempo en el que cierran el embarque). Desconozco los periodos de tiempo de los pasajeros que no volaban a Gerona pero viendo las reacciones eran muy parecidas.
Durante ese periodo de espera los trabajadores seguían nerviosos, moviéndose arriba y abajo, hablando entre ellos y por teléfono. Detrás nuestro había muchísima más cola, pareciendo evidente que no entrábamos todos en otro autobús. Empezaron a preguntar destinos y a marcar palitos en una lista. Habían unos 4 destinos distintos, y mucha gente apuntada en nuestro vuelo.
Pasados los 35 minutos no aparecía ningún autobús. Unos pocos minutos más tarde escuché a un trabajador (intuyo que era el encargado) indicar al autobusero como llegar a recogernos, explicandóle que se había equivocado de rotonda.
Llegó y tardaron un rato más en cargarlo. Creo y quiero pensar que entramos todos, puesto que trajeron un autobús con una fila de asientos dobles y la otra triples, y largo. Entre tanto el autobús salió de París menos de 2h antes de la salida del vuelo, y, como comprobé más tarde, menos de 1:30 antes del cierre de puertas. Con un trayecto de hora y cuarto por delante nos daba menos de 15 minutos para pasar el control policial y embarcar (por suerte no debíamos facturar).
Durante el trayecto, muy nerviosas, íbamos controlando google maps para ver si llegaríamos esos 15 minutos antes. Y no, el bus tardó un poco más, no mucho, pero no teníamos ni 10 minutos para coger el vuelo. Además al acercarnos al aeropuerto pude ver que había dos terminales y que en las tarjetas de embarque no figuraba a cual debíamos ir.
Y en esas, para redondear, el autobús se pone a dar la vuelta entera a la rotonda. Flipando en colores confirmé que el conductor de autobús que habían contactado de urgencia a último momento no tenía ni idea de donde iba, y no había nadie de la compañía esperándole para ayudarle. Dio 4 o 5 vueltas a la rotonda, y no exagero, mientras hablaba por teléfono intentando entender cuál era la rotonda por la que debía entrar. Los pasajeros empezaron a pedirle que parase allí miso para poder bajar e ir a coger el vuelo, ya que solo quedaban 5 minutos para el cierre, pero no nos dejó y nos dijo que el vuelo nos esperaría.
No fue hasta que los conductores de los coches que circulaban por allí, al no poder entrar en la rotonda (porqué, como he dicho, el autobús era gigante) empezaron a bajar y a preguntar qué pasaba. Entonces apareció corriendo un trabajador de la compañía de bus abriendo la barrera en contra dirección para que el autobús pudiera entrar por allí dónde estaba.
Y llegó el momento de pánico. Todos corriendo bajando del bus i dirigiéndose a alguna de las terminales como gallinas sin cabeza. Yo pregunté a una de las trabajadoras de la compañía que supuse que estaría al tanto del percance sabría ayudarnos para agilizar el tema (no sé porqué lo supuse viendo la desorganización y la falta de comunicación que ya habían demostrado). Evidentemente no tenía ni idea, y, con la calma, mirándonos extrañada por nuestras prisas nos dijo que podía ser la 1 (o la 2 no recuerdo, solo recuerdo que era la que estaba más lejos).
Corrimos como nunca lo he hecho para llegar allí y que nos dijeran que era la otra. Corrimos de nuevo a la otra. Delante nuestro un señor se tropezó y se hizo daño. Entre unos cuantos le ayudamos y seguimos.
En la terminal había unas cintas preparando una cola con 0 pasajeros esperando, la cruzamos directo, sin hacer el zig zag. De nuevo los trabajadores del aeropuerto quedaron alarmados por nuestras prisas. Desconocían la situación y no tenían ninguna noticia por parte de la compañía que opera el autobús. Nos hicieron volver a poner una cinta que había caído y en cuanto les dije cual era nuestra destinación nos dejaron pasar directamente, asombrados.
Por suerte la terminal es pequeña, llegamos a la puerta de embarque supuestamente 5 minutos después del cierre. Mi hermana temblando y ambas con el cuello quemando por el esfuerzo. Por suerte ryanair iba con retraso y justo empezaban a embarcar. Ni ir al baño ni cargar el móvil ni nada. Por suerte la batería aguantó para poder usar las tarjetas de embarque. Y el vuelo llegó a su hora a pesar de haber embarcado más tarde.
Y la broma nos costó 15€, ni reembolso ni nada.
ESTA COMPAÑÍA TIENE UNA ORGANIZACIÓN PÉSIMA Y UNA GESTIÓN DE PROBLEMAS NEFASTA.