Descubre por qué tantos viajeros ven Le Meurice como el hotel ideal cuando visitan París. Además de aportar la combinación ideal de calidad, comodidad y ubicación, ofrece un ambiente romántico con una amplia variedad de servicios diseñados para viajeros como tú.
Las habitaciones de los huéspedes incluyen televisor de pantalla plana, aire acondicionado y minibar, y Le Meurice Restaurant te ayuda a que estés conectado, ya que dispone de internet gratuito.
También puedes aprovechar algunos de los servicios que ofrece el hotel, como conserje y servicio de habitaciones. Además, los huéspedes pueden disfrutar de gimnasio y bar durante su visita.
Los puntos de referencia que hay por los alrededores, como Catedral de Notre Dame (2,1 km) y Le Marais (2,4 km) hacen de Le Meurice Hotel un magnífico sitio donde alojarse en París.
Si buscas unos restaurantes de comida tailandesa, considera probar Street, Bangkok Local Food, Buddha-Bar o Bien Bien, que se encuentran muy cerca de Le Meurice.
Si tienes tiempo, Museo del Louvre, Musée d'Orsay y Palais Garnier - Opéra National de Paris son atracciones conocidas a las que puedes llegar andando.
Estamos seguros de que disfrutarás de tu estancia en Le Meurice mientras descubres todo lo que París tiene para ofrecer.
Toda una experiencia inolvidable.. todo fue perfecto...! una de las mejores experiencias de viaje...! la comida..! el servicio!! los detalles... simplemente perfecto! Las habitaciones hermosas, las flores, el restaurante, hicieron en todos los sentidos que el viaje fuera inolvidable..
Fue una estancia extraordinaria, acompañados en todo momento por un personal profesional , eficiente y muy amable. Desde la llegada a la recepción en la que nos recibió la Srta. Géraldine Browaeys, todo fue extraordinario. El hotel fue inaugurado en el 1835 en su lugar actual, frente a los jardines de Tuileries, a muy corta distancia del Museo del Louvre y de la Plaza de la Concordia. Fue el primer Palace de La Ciudad Luz y sigue siendo un ejemplo del célebtre arte de vivir por su lujo y refinamiento a la francesa. La decoración estilo Luis XVI, está inspirada en el Palacio de Versalles. El bello Bar 228 es de estilo club inglés, mientras que el restaurante Le Dali fue decorado por el gran Philippe Starck. Salvador Dalí vivió 27 años en este elegante hotel, entre 1949 y 1976. El hotel posee tres grandes y refinados salones : Pompadour, Jeu de Paume y Tuileries. También una elegante SPA Valmont. El Restaurante Le Meurice Alain Ducasse ofrece platos creados por el celebérrimo Chef. Para concluir podemos afirmar que nuestra suite del segundo piso posee una elegancia y refinamiento extraordinario, con una bella vista al Jardín de Tuileries. Fuimos tratados de una forma excelente.…
La cena en Le Meurice es excepcional!!! El local es una belleza y recrea un ambiente dieciochesco muy elegante!!!! Pero la cocina es una exquisitez. Alain Ducasse ha creado platos cuyos sabores quedan en el recuerdo para siempre. Aparte de los bocaditos que anteceden los platos, que son deliciosos, recomiendo los Langostines y la canette. La combinación de sabores es perfecta, sutil y muy equilibrada. Todo esta muy cuidado. Uno sale verdaderamente feliz aunque el precio es alto. El personal muy profesional y amable. Mi única critica es que a veces alguna de las chicas que explican los platos son un poco robóticas, hablan demasiado rápido y le quitan expresión al contenido de lo que presentan. Muy mecánicas y poco agradables. Por lo demas pasamos una noche maravillosa.
Es un hotel mágico,desde las habitaciones hasta el hall de entrada que está decorado de manera exquisita.Nos tocó una habitación en el piso 6 con vista a los jardines y la torre Eiffel buenísimo!.Tiene un spa muy acogedor y fino y la atención del personal es correcta y fina.
La perfección se encuentra en Le Meurice, elegante, cuidado y mimado, repleto de historia, lujo y buen hacer. La estancia se hace maravillosa, tanto por el excelente y amable trato, como por el disfrute en sí, de todo lo que rodea el hotel, decoración exquisita, confort y primera calidad en todo lo que un viajero le pide a una estancia de estas características. Los desayunos son exquisitos y el salón maravilloso, el jefe de personal encantador, y París hace el resto...
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