Lo mejor de todo fue la atencion personalizada que nos dio Julie. No solo nos preparaba el desayuno ella misma (que por cierto, un desayuno muy bueno) si no que fue una super anfitriona! La atencion era mucho mas personal que en cualquier otro hotel/airbnb/etc... Los bungalows estan en medio de la selva (con animales como osos perezosos a la vista), a 2 minutos andando de la playa, a un minuto de un par de bares y cerca de otros pueblos. Super comodo todo y Julie fue TOP!
Excelente lugar, pacifico, increíbles instalaciones . Servicio de primera, muy amables y atentos. Además se pueden escuchar variados sonidos de la naturaleza, y se siente casi como estar en medio de los bosques .
Para empezar por el lado negativo, no me gustó el recibimiento que nos dio el pastor alemán que tienen de mascota, es cierto que después parecía dócil, pero al llegar después de tantas horas de coche, cansados y exhaustos, lo que menos apetece es que te gruña y enseñe los dientes un perro. La cabaña tiene mosquiteras en las ventanas, sin embargo, donde se encuentra la pared con el techo no está del todo cerrado, al igual que tienen huecos las ventanas, por donde se colaban los insectos, como estamos en el caribe hay a millones, es parte del encanto también, pero no es plan de ponerlo fácil. Al fin y al cabo la cama dispone de mosquitera, cosa que es de agradecer. El techo metálico era bastante ruidoso con la lluvia, si se pega toda la noche lloviendo resulta un poco molesto al menos al principio. El wifi aunque era gratuito, fallaba constantemente, y era un incordio. Pero, las cosas positivas fueron más que las negativas, o al menos nos gustaron más. Para empezar, es fácil llegar desde la carretera que lleva a Cahuita si tomamos el desvío hacia Playa Negra antes de llegar al pueblo, por el camino de grava gruesa se llega a menos de 200m. Son tres bungalows en una parcela muy bien ordenada. Al llegar nos recibieron, como siempre con sonrisas y con total disponibilidad (a pesar de llegar con dos horas de antelación). El jardín (selvático) es precioso, con caminitos que llevan a los diferentes bungalows. Es fácil ver varias especies de aves e incluso algún roedor. Los desayunos son de lo mejor, los prepara la dueña del hotel con mucho mimo y se nota en el sabor, simplemente delicioso, ideal para empezar con energía el día. La decoración está muy cuidada, las cosas muy limpias y lo mejor son los sonidos de la naturaleza. Ojo con los monos aulladores que al principio sorprenden un poco.…
cerca de la playa, lejos del ruido de la pequeña ciudad de cahuita, bungalows en el medio de la selva, animales a la vista, comida casera de calidad y exquisita, exelentes anfitriones, guardo los mejores recuerdos de mi estadia en Coral Hills, lo recomiento 100%, tranquilidad y descanso asegurado!
Alojamiento muy especial. La cabaña muy bonita y romántica, en un jardin tropical donde nos enseñaron perezosos, iguanas, ranas... El desayuno muy bueno. Los propietarios encantadores, dan buenas recomendaciones. Hay un par de sitios para cenar a los que se llega con un pequeño paseo. Repetimos en el restaurante"Sobre las olas" que nos gustó mucho. También se puede llegar andando al parque natural Cahuita. Perfecto.
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil