Nos habían hablado y recomendado tanto ir a comer a Ave María que finalmente aprovechamos un viaje a Tandil para ir. La estancia y el lugar es muy lindo así que entramos entusiasmados a disfrutar. Ya de entrada fue complicado porque no daba la impresión de estar preparado para recibir clientes. La chica de recepción muy amable y simpática pero evidentemente no esperaban que alguien llegara a querer almorzar. Preguntamos si podíamos comer sin ser huéspedes y nos dijo que si. Pedimos un menu y nos dijo que no tenían porque al mediodía solo servían tartas, milanesas o hamburguesas. Como ya estábamos ahi dijimos bueno, nos sentamos a comer algo. Nos trajeron la comida y eran dos milanesas finitas, semi secas con una ensalada muy normalita de lechuga, zanahoria, tomate y huevo. Dos bebidas y de postre flan mixto que estaba bien pero el dulce de leche estaba azucarado. Para ser un lugar de tanto nombre la verdad que nos pareció muy muy mala y muy básica la comida mas digna de una fonda de ruta barata, pero eso no fue todo. Vamos a pagar a la caja para acelerar el proceso de salida y ahi terminamos de ser golpeados por la experiencia AVE MARIA. $12,720 por esa comida nos sentimos tan sorprendidos como desilusionados porque es un despropósito realmente. La chica nos dijo que se cobra un valor fijo por el almuerzo, cosa que tampoco te avisan antes ni esta informado en ningún lado, pero lo mas importante es que el valor no está ni cerca en relación a lo que ofrecen. Para la fama que tiene fue muy mala experiencia y espero este comentario les ayude a reveer esto. Lamento mucho no haber sacado foto de la comida porque no imaginaba este final así que quiero creer que tuvimos mucha mala suerte!…
Apacible pero cerca de todo, bien mantenido, parque lindisimo, y entorno visual muy relajante. Tranquilo. Hotel muy acogedor. Cenas caseras y variadas. Buen desayuno de campo. Atencion muy servicial. Cordialidad
Pésima atención,fuimos a tomar la merienda, pésima cocina, lerdos para todo, poca variedad, el café frío, dos personas para atender, poca calefacción, un desastre, nada recomendable, además carisimo, el lugar con poco mantenimiento, no lo recomiendo en lo más minimo
Divino! Un hotel de cuento es una gran casa de campo con habitaciones muy luminosas y cálidas. Divina la decoración. El personal es muy atento y el desayuno y la cena muy bien. Se puede andar a caballo y en bici.visitar la huerta y ver las flores. Volveré pronto!
llegamos a las 12.30 para almorzar.... lugar soñado con muchos espacios verdes y huerta propia.... la dueña esta siempre atenta al bienestar de los huéspedes..... los cuartos soñados.... almuerzo muy bueno con productos de la huerta propia como dije.... volveremos y nos quedaremos unos dias... vale la pena....
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