Vaya a los casinos, vea espectáculos impresionantes y alójese en un hotel temático. ¿Las Vegas? No, pero esta pequeña ciudad de juegos de azar situada en las riberas del río Colorado ofrece algo parecido a Las Vegas pero sin su ostentación, su tráfico ni sus desorbitados precios. Además, la ciudad ofrece mucho más que simple juego. En Laughlin, puede ir en barco, nadar, pescar y practicar esquí acuático y otros deportes tanto en el río Colorado como en el precioso Lago Mohave, que ofrece lo mismo que el río pero a mayor escala. Los amantes del golf pueden disfrutar de unos campos maravillosos cuyas tarifas razonables hacen rendir mas su dinero. Si desea conocer el salvaje oeste, visite Oatman, un pueblo con 100 años de antigüedad donde podrá presenciar un simulacro de tiroteo y beber cerveza en un antiguo salón. ¿Desea practicar el senderismo? El Cañón de Grapevine, famoso por las marcas indias talladas en la roca, algunas de más de 800 años, le espera. Si lo suyo son las máquinas recreativas, encontrará un montón de casas de juego, comunicadas con un servicio acuático que funciona las 24 horas al día los 7 días de la semana. El glamour que le falta a Laughlin en comparación con Las Vegas se compensa con precios asequibles, belleza paisajística y diversión acuática.

Con un clima agradable durante todo el año, Loreto te invita a que salgas a jugar. Es menos concurrida que otras ciudades turísticas y es un excelente lugar para hacer esnórquel, practicar pesca deportiva o relajarte en la playa. Las migraciones anuales de ballenas atraen a multitudes durante la primavera.

Conquistar Nueva York en una visita es imposible. Por eso, visita lo imperdible: el edificio Empire State, la Estatua de la Libertad, el Central Park, el Museo de Arte Metropolitano; y luego explora lo menos conocido con visitas a The Cloisters o a una de las bibliotecas de la ciudad. Disfruta de las tiendas bohemias del West Village o la fina gastronomía del Upper West Side. El bullicioso mercado de la estación Grand Central te da un sabor literal de lo mejor que la ciudad tiene para ofrecer.

Diez millones de personas habitan la vibrante, pasional y floreciente Bogotá. La energía de este centro metropolitano de Colombia se debe, en parte, a los cientos de lugares eclécticos y auténticos para ir a comer, fantásticos vinos y frecuentes festivales gastronómicos. Pregúntales a los lugareños adónde les gusta comer, después prueba las empanadas con ají cuando pasees por el centro histórico de La Candelaria o mientras vayas de compras por el lado norte de la ciudad.

Santiago de León de Caracas, la capital de Venezuela, está enclavada en el cerro El Ávila, donde la serranía se alza a casi 2.500 metros sobre el nivel del Mar Caribe. Habitada en tiempos por los indios toromaimo, la ciudad fue fundada por los españoles en 1567. Chacao es el lugar para comer, para ver y ser visto, tomar una copa y reunirse con los amigos. Pero la zona de restaurantes de Las Mercedes es uno de los pocos lugares seguros por los que se puede caminar. La iglesia de San Francisco es un hermoso ejemplo de arquitectura colonial. El montañoso Parque Nacional El Ávila rebosa de tentadores senderos para la práctica del senderismo.