Las playas de Byron Bay están salpicadas de faros y rodeadas de delfines “nariz de botella”, rayas, ballenas y tortugas de mar. Esta antigua estación ballenera de Nueva Gales del Sur convertida en ciudad turística todavía está muy influenciada por su pasado bohemio, donde florecía la cultura hippie. En los parques se puede escuchar con frecuencia el sonido de los bongos y didgeridoos, y abundan los restaurantes vegetarianos. Déjate sorprender por la vibra natural y pasea por las playas y los bares para gozar de un día tranquilo y feliz.

Las actividades acuáticas y termales prometen una estancia de relajación máxima en Rotorua en la Isla del Norte, en Nueva Zelanda. Cerca de la ciudad hay pozas de barro caliente terapéuticas, espectaculares géiseres y un pueblo bajo tierra. Lo que ocurre en los géiseres de lodo hirviendo de “Rotovegas”, la zona situada en la parte superior de Fenton Street, no sale de allí. Después de revitalizarte en el lodo, sube a más de 2,000 pies en la Skyline Gondola para disfrutar de las vistas del lago Rotorua y bajar deslizándote para explorar el lago en barco de vapor, en un chárter de pesca o en un vehículo anfibio que data de la Segunda Guerra Mundial.

El conglomerado de aldeas de Ubud es el lugar ideal para probar un famoso masaje balinés y disfrutar de uno de los spa más geniales de Asia. Digitopuntura, reflexología, estiramiento y aromaterapia son las estrellas de los tratamientos con masajes reafirmantes distintivos de la isla. Además, Ubud es el animado centro de la escena artística de Bali, sede de pequeños tesoros ocultos de museos y galerías. Haz monerías en la reserva natural cercana Bosque de los Monos, que alberga a cientos de traviesos macacos con cola larga. No te pierdas el impactante grupo de tumbas de Gunung Kawi.

La ciudad más grande de Vietnam marca el ritmo cultural y económico del país. La antigua Saigón presume de su arquitectura colonial francesa y sus anchos bulevares, a menudo colapsados por el tráfico. Los taxis son una opción para ver esta ciudad en pleno crecimiento. El War Remnants Museum muestra la Guerra de Vietnam desde el punto de vista vietnamita. No te pierdas la impresionante Pagoda del Emperador de Jade. Si deseas conseguir comida, flores o incluso ranas, dirígete al frenético mercado de Ben Thanh. Recorre el delta del Mekong, a través de campos de arroz y casas flotantes.

Phu Quoc es una de las principales atracciones de Vietnam. Con sus montañas y su frondosa vegetación, se convierte en un destino perfecto con fascinantes playas de arena blanca y pintorescos pueblecitos de pescadores. Si buscas aventura, puedes hacer submarinismo en sus arrecifes de coral o montar en moto por las carreteras de la isla, para luego disfrutar de una cena a base de pescado y marisco seguida de un cóctel en la playa. Ofrece todo tipo de alojamiento, desde complejos turísticos de cinco estrellas a bungalows familiares.

A solo 80 km al norte de Phuket, Khao Lak fue prácticamente destruida por el tsunami del 2004. Afortunadamente, la ciudad y la industria turística en la que se basa han renacido. Mantiene su atractivo como destino apacible en la costa, ofrece playas apartadas, noches tranquilas y actividades dirigidas a la familia. ¿Buscas excesos y fiestas bajo la luna llena? Esta vez no tuviste suerte. Pero si lo que quieres es una experiencia de buceo inolvidable, diste en el clavo con las islas Similan.

Naha es la capital de la prefectura de Okinawa, en Japón. Aunque sufrió grandes destrozos durante la II Guerra Mundial, fue rápidamente reconstruida y llegó a convertirse en la moderna ciudad que es hoy. No obstante, aún se conservan en su centro las ruinas del castillo Shuri-jō. Naha tiene fama por su intensa y a veces escandalosa vida nocturna, sobre todo alrededor del bulevar Kokusai-dōri, lleno de bares, restaurantes, clubs y hoteles. No dejes de echar un vistazo a los mercados cubiertos de estilo asiático y a Tsuboya, el distrito de la cerámica.

Entre sus diversas atracciones turísticas, Taichung ofrece un paseo céntrico de compras similar al de Tokio o de Manhattan, una agitada vida nocturna y una gastronomía que va a complacer hasta los paladares más exigentes. Los viajeros vienen a esta ciudad para deleitarse la vista con los templos, mercados, parques y museos. Las familias generalmente visitan el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Taichung para maravillarse con las exhibiciones o el mercado nocturno de Feng Chia para comprar productos locales. Pero quizás lo que hace más popular a Taichung es el té de burbujas, la bebida más famosa de la región.