Restaurante a las faldas del castillo de Zorita.
La calidad de la comida es buena, sabrosa, con ensaladas de codorniz y carrillera como los platos que más nos gustaron.
Un capítulo aparte merecen las alubias, más concretamente la media ración de las mismas. A ver...como lo explico: es básicamente la clásica tarrina de barro donde Danone te ponía las natillas o la crema catalana...pues eso con alubias, a 9€ o 10€ la tarrina. Es inaceptable.
Amplia carta de vinos, se pueden escoger buenos caldos ahi, pero nuevamente, con 4-5€ de plus respecto a lo que sueles pagar en otros restaurantes por el mismo vino.
Postres bien, pero muy calóricos, echamos en falta algo ligero; sirven buen café.
En definitiva, se come bien, pero se ve a la legua que aprovechan la poca variedad de oferta en la zona para sacar al cliente hasta el último céntimo.Más