Montmartre es una animada mezcla de culturas, colores
y estilos que cambia de una calle a otra. Coge el
funicular (o, si quieres hacer un poco de ejercicio,
sube por las escaleras) para llegar hasta la sublime
basílica del Sacré-Coeur, desde donde disfrutarás de
unas estimulantes vistas de la ciudad. La iglesia está
rodeada de calles provincianas y bares de conciertos,
donde pululan turistas, artistas y animadores
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callejeros. Al pie de la colina, el Boulevard de
Clichy alberga tiendas no aptas para el público más
joven, y las calles residenciales se extienden hacia
el norte y el este. La población del barrio es diversa
e incluye a árabes, magrebíes, africanos y turcos. Se
trata de un rincón de París lleno de vida y dinamismo,
con encantos que no encontrarás en ningún otro lugar.
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