Estuvimos en Cariño una semana y fuimos dos veces a cenar a Marea... Fueron pocas. La carta es para probarla entera (la lasagna de pollo es de otro planeta, la torrija es de escándalo, el bacalao de morirse, y paro), pero la atención es sublime....El camarero que nos atendió las dos noches fue exquisito tanto en el trato como en las recomendaciones. Una joya de sitio.Más