Pasión... La palabra aun resuena en mis oidos. El cercano Chef cubano que estudió cocina de altura en Madrid no paraba de repetirla. Y estoy de acuerdo. Pasión es, sin lugar a dudas, lo que hay que tener para llegar a la excelencia en cualquier oficio o...actividad que uno se proponga desempeñar. Yo añadiría otra cosa: humildad. Por suerte, parece que ambos conceptos van de la mano en este pequeño y sencillo restaurante, que resulta tan original, a la vez que acertado, en la elaboración de recetas basadas en la cocina mediterranea e isleña de siempre. Felicidades por tanta creatividad y gracias por la Flor de Pascua, un lindo detalle.Más