Nos hospedamos en el hotel por una semana, ya que queríamos visitar Oviedo , Gijón, Avilés, etc.
Es un hotel normal, con servicio correcto, limpieza de habitaciones buena, nos cambiaban las sábanas y toallas diariamente, protocolo Covid adecuado. Las camas normales.
A pesar de estar ubicado en un polígono, no se escuchaba mucho ruido por la noche.
Cuarto de baño dotado solo con lo básico, un secador, gel de manos y ducha.
Echamos en falta mas estanterías con cajones, el armario muy pequeño si vas en familia, con solo 5 perchas, tuvimos que colocar la ropa como pudimos y las pertenencias a la vista.
Cuenta con restaurante y cafetería. El desayuno continental , es variado y la atención de la camarera muy buena.
En cuanto al restaurante que cuenta con asador, se come muy bien, los asados bien hechos, los menús variados y a buen precio. El servicio de los camareros del restaurante muy bueno, atentos y amables, aunque el servicio de la barra del mismo deja un poco que desear las camareras que lo atienden son poco profesionales y descuidan la atención a los clientes salvo a sus amigos habituales.
Por lo demás es aceptable por la relación calidad vs. precio, y lo que decía al inicio para visitar las zonas turísticas mas cercanas está bien.

El hotel está bien, está un poco anticuado. Con una actualización de las habitaciones ganaría mucho. La limpieza parece correcta y la atención muy buena. Lo único a destacar una camarera del bar un poco borde, el demás personal muy amable y eficiente.

Nos reunimos parte de la peña, algunos con las señoras, para comer y departir. Estuvimos en el prado contiguo al hotel y debajo un roble o carbayu estuvimos fenomenalmente y nos atendieron muy bien los camareros que nos trajeron entremeses, ensalada y una parrillada de carne muy rica y muy abundante, regada con vino, sangría y sidra. De postre una tabla de postres de la casa muy ricos. Café chupito y un gin-tónic .Sitio ESPECTACULAR.
P.D. no utilizamos el hotel.