Nuestra experiencia ha sido la siguiente:

Ambiente encantador en un jardín maravilloso que te traslada de repente al siglo XX.
Servicio amable pero poco profesional y con falta de rodaje.
Comida apetecible,carente de presentación y sin llegar al notable en cuanto a calidad-precio.
Diferencias de precio tanto positivas como negativas entre carta y factura.
Platos (demasiados) que figuran en la carta, pero no están disponibles y que son sustituidos por otros que no son similares y cuyo precio es desconocido y sorpresivo.
( ESCAMARLANS : 26,50€)

Hemos seleccionado el menú degustación de 36,50€. Platos con productos de la zona, elaborados y con gran presentación. A destacar el canelón con parmesano.

Trato muy cercano que te hace sentir como en casa. Un placer, sitio muy recomendable.

Hasta ahora, había salido contenta.
Hoy no, La.comida era buena pero no como otras veces y el servicio de la camarera muy malo. Los platos los sirvió desordenados y trajo antes el primer plato, después el pica pica y después el vino. Le pedimos educadamente que nos pusiera copas más grandes (para el vino) ya que las que había en la mesa era muy pequeñas y se molestó, comentó que el vino que para el vino que habíamos pedido no lo entendía (era el que ofrecían de la casa, un Terra Alta de 10 euros). Parece que no le parecía suficientemente bueno el vino para beberlo en COPAS DE VINO.
Nos sirvió la paella tan mal que dejó todo el plato manchado y el arroz se salía del borde del plato.

Los dos entrantes muy buenos, la paella regular.

El resto del personal, exquisito, como siempre.

Fuimos a comer al mediodía el menú degustación de 35euros. Cinco platos a degustar más dos postres. Buena calidad en los platos y deliciosos todos.
Buen trato y servicio excelente. Nos ubicamos en el jardín, idílico y tranquilo. La separación de las mesas eran muy correctas, teniendo intimidad. Muy recomendable para parejas.

Hoy hemos podido disfrutar del fantástico jardín bajo la tupida sombra de los árboles. Espacio suficiente para comer en intimidad con las mesas convenientemente separadas.
La comida, como siempre, espectacular, sabrosa y bien presentada. Nos apetecía tomar un vino rosado bien fresquito y el maître nos ha recomendado uno buenísimo.
Este restaurante trabaja muy bien el producto fresco y es un referente en Parets y en el Vallès Oriental.