Reservamos una mesa para cenar porque antes soliamos ir mucho y nos encanta. Nada mas llegar nos sentaron al lado de una papelera , que he de decir que taparon con una bolsa de basura, pero claro con el calor , no creo que sea el sitio más adecuado para poner una mesa. Hasta ahí medianamente bien, aunque la calidad parece ser que ha bajado aunque el precio sigue siendo el mismo. Acostumbrados a la amabilidad y simpatía de sus camareros , nos sorprendió mucho el camararero que nos atendió , porque su trato no fue muy simpático , pero tampoco pasa nada , cada uno es como es. El colmo vino cuando pagamos, le dejamos el importe exacto , lo llamamos ,vino y cogió el dinero, cuando íbamos por mitad de la plaza vino corriendo a llamarnos , porque según él le faltaban 5 euros, después de decirle que no, que estábamos seguros de lo que habíamos dejado, mi hija se dio cuenta que los llevaba pegados en el delantal!
Alucinamos en colores! En ese momento nos lo tomamos con humor, pero cuando lo piensas no te hace ninguna gracia, porque por su incompetencia nos puso en evidencia delante del resto de clientes. Bueno pues nada una pena! Porque creo que no volveremos más.