De ser uno de mis lugares favoritos a no querer ir jamás. LEER HASTA EL FINAL PORQUE NO TIENE DESPERDICIO.
Para celebrar mi cumpleaños reservé con unas dos semanas de antelación para un grupo de 13 personas a las 14:00h (dato importante este porque salimos de allí a las 18:00h y no porque nos quedáramos de sobremesa).
Pedí MENÚ INDIVIDUAL de 18 euros/persona y una CUEVA INDIVIDUAL para estar solos y tener más intimidad. Esto lo resalto porque no cumplieron con lo primero ni con lo segundo.
Para empezar, nos pusieron en una especie de “cueva” donde no cabíamos todos, por lo que añadieron una mesa supletoria, y que de individual tenía poco (alrededor había muchísima más gente). De tanto ruido no nos escuchábamos los unos a los otros, estábamos súper pegados y hacía un calor horrible, casi ni se podía respirar, ¡vivan los virus!
Tras hablar e insistir BASTANTE con uno de los camareros, ya que el dueño es muuuy desagradable, conseguimos que nos cambiaran a lo que sí era una cueva individual (ya eran las 15: 15h), eso sí, ¡teníamos que llevarnos los platos, cubiertos y bebidas nosotros mismos! Oleeee ese servicio mega TOP, ya puedo decir que he sido camarera por un día (nótese la ironía).
Tras instalarnos se viene otra perlita: en el menú que habíamos reservado teníamos la opción de pedir cada uno plato individual exceptuando “solomillo ternera, chuletas de novillo y parrillada” aaaaaaaajajajajajajjaa LA MAYOR MENTIRA DEL SIGLO. No podíamos pedir calamares ni ningún otro plato que rondaran los 15 euros, ¡genial!
Bueno, después de todo lo que habíamos pasado ya solo queríamos comer y disfrutar un rato, pues no señores, la cosa fue a más:
- Tardaron muchísimo en traernos la comida, empezamos a comer sobre las 16:00h.
- Sin retirar los platos de los entrantes VACÍOS ya nos estaban poniendo los segundos, no sabíamos ni dónde colocar las cosas.
- Se les olvidaban la mitad de las bebidas que les pedíamos, o las traían equivocadas.
- Los segundos platos llegaron a cuentagotas. Yo había acabado mi plato y tres de mis amigos aun ni tenían el suyo.
- La comida muy básica, media fría y papas duras.
- A estos últimos les llega menos comida que al resto y a uno de ellos sin la guarnición que había pedido: arroz. Le dijeron que se la traerían y tras 35min y con la comida ya terminada le dijeron “ay es que no nos queda arroz”. Vale, gracias por la info.
Llega el momento postre en el que podíamos pedir bola de helado y tarta helada. Bien, 7 de nosotros queríamos la tarta y tras otra media hora de espera solo traen los helados porque sorpresa: ¡TAMPOCO QUEDABA TARTA! Ajajajajaja, menos mal que reservé ¿¿no?? Nos tenían súper en cuenta.
Los que nos quedamos sin esa famosa tarta que ofrecían en el menú elegimos cafés o helados. Y uno de esos helados, adivinen, venía con un topping extra: ¡UNA MOSCA CONGELADA!
Por si fuera poco los dos cornettos que nos trajeron venían descongelados y que parecían que estaban malos. Al abrirlos DELANTE DEL CAMARERO le dijimos “están derretidos”, a lo que el muy maleducado respondió riéndose “chupa, chupa, que así entrenas la lengua”.
¿¿¿Hola??? ¿Qué tipo de profesionales tienen en este lugar?
Encima al ir a pagar nos quieren cobrar de más, ¿es esto una cámara oculta? Siempre dejo propina y esta vez me han dado ganas de irme sin pagar. Me he sentido estafada y engañada, yo y todos mis amigos.
Ah, eso sí, los bailecitos en redes sociales para conseguir seguidores se les da de lujo. Menos reel y más trabajar señores que el postureo está sobrevalorado.
Atentamente:
Una y doce más que no piensan comer aquí jamás.
PD: ah, y no es la primera vez que me pasa. Las últimas veces que he ido han dejado mucho que desear y siempre daba oportunidades. Esta ha sido la definitiva.
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