Un buen hotelito cercano al sur de Glasgow pero lo suficientemente lejos para evitar los agobios y ajetreo de la vida de la ciudad.
La comida es buena y el equipo amistoso y servicial. El menú es interesante y variado con platos fresco a diario. Una señal de que la comida es buena es la cantidad de lugareños que usan tanto el bar como el restaurante- da al lugar una atmósfera cálida y amistosa.
Este no es un hotel encorsetado en plástico – luego no esperes habitaciones esterilizadas. El mobiliario era bueno sin ser estridente y el nivel de higiene está fuera de toda duda. Algunas de las habitaciones son algo tediosas – pero me dijeron que estaban trabajando tanto en el hotel como las habitaciones para renovarlo.
Lo recomiendo si lo que prefieres es funcionalidad sobre forma y si valoras simplicidad sobre destellos de modernidad.Más
- Estacionamiento gratis
- Restaurante
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