Posada en el pueblo de Chichiriviche, excelente ubicación, las lanchas a los callos ( sal, Peraza, Muerto y Varadero), se tomán al lado de la posada, no hace falta movilizar el carro, los costos de los viajes a mi parecer, costosos, los precios oscilan entre $40 y $80, con un trayecto que va de 10 a 20 minutos, dependiendo de la ubicación. El sonido de las olas y la vista de todos los callos de chichiriviche, desde el comedor de la posada, son inimaginables.Posada linda, actualmente en un proceso de remodelación (lento), por la situación país. La Sra. Maritza, encargada de la posada, hace lo imposible, para que uno se sienta en casa. Su atención y dedicación, es única, al igual que su comida. Antes de partir desde Caracas, se comunico conmigo, solicito información sobre si algun miembro de mi familia era alergico a los mariscos, un gran detalle. Su esposo Juan, pendiente de apoyarla en todo momento. Las habitaciones comodas, aire acondicionado sinlencioso (split), camas comodas. Cada dos días, cambian la ropa de cama y toallas, con la limpieza de la habitación. No tienen planta, me imagino por al alto costo que significa la inversión. Precio muy accesible, con desayuno y cena. Estacionamiento privado. Actualmente cuentan con 4 habitaciones. En realidad, que volveremos a ir, porque nuestra estadía fue espectacular. Saludos Sra. Maritza, al igual que a toda su familia. Bendiciones.

Queríamos descansar y lo logramos. Una posada sencilla, limpia, cero escandalo, cero reguetón ni vallenato, solo el sonido del mar. Los problemas normales de Venezuela y sus servicios públicos, compensado con creces por la atención de Mariza y su familia. debo volver pronto.

Buenos días, quiero agradecer ante todo a Maritza y su familia, por la atención que hemos recibido en la Posada La Gitana.
Fuimos un grupo grande de Argentinos a Chichiriviche y la mayoría paró en otros lugares... y qué afortunados fuimos los cuatro argentinos que elegimos esta posada! Es un lugar bello, limpio, prolijo, silencioso (sin música),muy cómodo y cálido, frente al mar. Las habitaciones que ocupamos son muy lindas con aire acondicionado, el baño impecable, cómodo y amplio. Lo más valioso del lugar son las personas que allí trabajan.. que además de cumplir perfectamente con lo acordado se interesaron sinceramente por nosotros. Maritza que es la encargada de la posada, nos trató muy bien, con amabilidad, educación y cariño. Se preocupó porque nos sintiéramos bien, no sólo en la posada sino en el lugar.
Chichiriviche es un pueblo humilde, cuando llegamos nos sentimos inseguros porque hay mucha pobreza, que se ve en las casas que se nota que no se mantienen desde hace mucho tiempo, en los perros...
Algunos de nuestros amigos se quedaron en el centro donde hay movimiento y los locales de ropa, los autos con la música a todo lo que dá.. y los artesanos... las playas del centro son embarcaderos llenos de lanchas que te llevan a los cayos.
Nosotros elegimos esta posada que queda en la costanera norte a diez cuadras del centro, cerca de otras posadas, pero sin locales comerciales, sólo un restaurant de otra posada a una cuadra. Al lado de La Gitana hay una playa, limpia, donde algunas familias llegaban en auto a pasar el día, es una playa tranquila sin vendedores.
Pero al lugar quién le da vida y alma es Maritza Gómez... fué ella quién nos ayudó a contactar un taxista de confianza que nos llevó a varios lugares a un precio justo, y el taxista nos presentó a un lanchero de confianza que nos llevó a visitar los cayos..
Maritza se dió cuenta de que la comida a mi esposo no le hacía bien y ella sola nos preguntó cómo nos podía ayudar y cambió el desayuno, me permitió cocinar algunos almuerzos sanos en su cocina e intercambiamos recetas..
Un día le preguntamos si podíamos ir caminando al centro (siempre íbamos en taxi) y nos explicó el camino... desde ese día fuimos y volvimos al centro caminando y entonces nos dimos cuenta de que realmente la posada La Gitana es un paraíso en Chichiriviche..
Nuestra relación con las personas de la Posada era muy distinta a la relación de nuestros amigos con el personal de sus hoteles..algunos nos dijeron que la gente era mala onda, mal predispuestos... Cuando les contamos de la posada querían venir pero ya tenían la estadía paga.
Qué importante que es el personal de un lugar...Nosotros cuando salimos a los cayos.. al centro.. a la playa... después queríamos volver a la Posada, a nuestra casa, a descansar, disfrutar de la vista del mar, estar tranquilos, en familia, en silencio y en confianza con Maritza que siempre nos esperaba.
Gracias Maritza y Yanni, Juan, por todo! Jenny y Gabriele fue un placer conocer su posada y a las personas maravillosas que hacen de ese lugar un sitio bello de descanso, cálido y acogedor.
Malena y Daniel