Se ve que hace algunos años este lugar era una joya, con una ubicación inmejorable con playita privada y 3 albercas que ven a la bahía. Pero creo que esos años ya pasaron y está bien, solo que los precios ya no son acordes a lo que hoy ofrecen...
La comida es buena, sin embargo sí están muy altos los precios (más que el de Polanco, por ejemplo) y siento que es porque no hay ninguna otra opción cercana y abusan de esto. Las bebidas en la alberca son pocas y limitadas y aún así caras ($200 un mezcal regular? Ni en el antro).
Las habitaciones son viejitas pero cómodas y tienen todo, salvo que el AA hace mucho ruido y la TV es mini para el tamaño de la habitación. No está mal, pero sí en relación precio-calidad me parece un poco alto.
La propiedad está increíble, la playa y zonas comunes son agradables, no hay ruido y se escucha el mar, muchas plantas y mucha paz. Definitivamente una buena opción, salvo que por su ubicación es complicado salir (los taxis de Acapulco son notablemente caros además) por lo que hay que prepararse para pagar hasta $60 por un café acá.