El cardenal siempre está lleno y ocupado. Es mi primera elección cuando pienso en comida mexicana. Cuando llegamos siempre nos atienden muy bien. Normalmente empezamos con bebidas y un molcajete de salsa, aguacate y queso, que nunca alcanza por lo que el segundo siempre ya está en camino. Los escamoles son deliciosos como entrada.
Mi platillo favorito es el mole poblano con pechuga de pollo, la cual siempre pido deshebrada. Así el pollo se empapa y enjuga más del delicioso mole. Otro platillo que me gusta es el pescado frito en cama de cilantro frito. Y el atún sellado es delicioso. El chile en nogada (en temporada) es inigualable y hay que llegar temprano porque se acaban.
En conclusión, El Cardenal tiene uno de los mejores menús y ambientes familiares de la ciudad.