El hotel es muy agradable y el servicio es extraordinario; absolutamente todo el personal es muy amable, sonriente, y cuidadoso en su trabajo. Al llegar notamos que el inodoro no tenía presión; llamamos a recepción y lo solucionaron en 5 minutos.
La comida en los restaurantes es muy rica, y la variedad basta. Mi restaurante favorito fue La Vista porque me encanta la carne; la atención que nos brindó Juán fue de primera; una persona muy agradable, amable, y presta en su trabajo. Los cinco días que estuvimos hospedados desayunamos en La Paloma, donde fuimos atendidos por Orea y por Christian Lovera y, bajo el riesgo de leerme repetitivo, debo decir que ambos nos trataron de maravilla, siempre con una enorme sonrisa y con una atención al cliente y al detalle de primera. Mi esposa se quemó por el sol debido a que tiene la piel sensible; Christian, muy respetuosamente incluso se ofreció a ayudarnos con ello.
Me encanta Cancún, y ahora me encanta el Wyndham Grand.