Ha sido una verdadera maravilla pasar cuatro días en el Hotel Namasté en Tierra Bomba. Desde que llegamos se respiraba una energía muy bonita y se mantuvo durante toda nuestra estancia. El recinto y las habitaciones son espectaculares, la vegetación está muy bien cuidada y estaba todo lleno de gatitos súper cariñosos. Cada día hacíamos actividades con Rafa en el templo y salíamos muy revitalizados. Me quedo con cada pequeño detalle de todo el personal de Namasté, la paz que nos transmitía John desde que llegamos, la sonrisa de l@s camarer@s, el amor con el que preparaban la comida (súper rica y sabrosa), el tono pausado y amable cada vez que se dirigían a nosotros, la música que recitaban en el templo mientras conocíamos medicina ancestral y rodeábamos el fuego, el sonido de las ranitas por la tarde... Es un lugar con muchísima luz, no tengo duda de que volveré algún día. GRACIAS.

Fue la mejor opción para parar y recuperar energía, el entorno precioso, el servicio muy atento y la comida excelente. Todos los días hay opciones de wellness como yoga, meditación y otros talleres. Voy a volver para reconectar cuando lo necesite, gracias.