Breuer's Rüdesheimer Schloss, es un Weinhotel, hotel de vino del Rhin, Weingasthaus,
con un encanto especial.
Muy bien decorado, especialmente el restaurante, con un delicioso ambiente, es un bello conjunto que presume de antiguo castillo y posee una terraza interior única, por su encantador entorno y original ubicación. El patio presenta una torre que en las horas, ofrece la presencia visual y sonora de unos autómatas que escenifican la vida de antaño. El patio presenta una fuente antigua que le da un carácter peculiar
y a la vez un recuerdo histórico del lugar. En un extremo de la terraza, un espacio para la música. Y siempre, en todos los espacios exteriores y interiores del comedor, el sello inconfundible del vino del valle del Rhin. Básicamente el Riesling, seco o semiseco, pero siempre afrutado. Muy buen vino. De cosecha propia.
Pues en la terraza, en el patio, un comedor amplio, muchas mesas, y un toldo eléctrico que se abre o cierra en función del tiempo, del calor o de la lluvia.
A medio abrir, una parte es una glorieta en medio del patio descubierto y el comedor interior, y hace que en su conjunto, sea un espacio familiar, ideal para las cenas, para el baile y una breve fiesta. Todo un espectáculo. Porque pienso, además, que el restaurante del hotel debe disponer de un convenio con los cruceros del Rhin, para que los grupos acudan a cenar, con un pequeño conjunto...Breuer's Rüdesheimer Schloss, es un Weinhotel, hotel de vino del Rhin, Weingasthaus,
con un encanto especial.
Muy bien decorado, especialmente el restaurante, con un delicioso ambiente, es un bello conjunto que presume de antiguo castillo y posee una terraza interior única, por su encantador entorno y original ubicación. El patio presenta una torre que en las horas, ofrece la presencia visual y sonora de unos autómatas que escenifican la vida de antaño. El patio presenta una fuente antigua que le da un carácter peculiar
y a la vez un recuerdo histórico del lugar. En un extremo de la terraza, un espacio para la música. Y siempre, en todos los espacios exteriores y interiores del comedor, el sello inconfundible del vino del valle del Rhin. Básicamente el Riesling, seco o semiseco, pero siempre afrutado. Muy buen vino. De cosecha propia.
Pues en la terraza, en el patio, un comedor amplio, muchas mesas, y un toldo eléctrico que se abre o cierra en función del tiempo, del calor o de la lluvia.
A medio abrir, una parte es una glorieta en medio del patio descubierto y el comedor interior, y hace que en su conjunto, sea un espacio familiar, ideal para las cenas, para el baile y una breve fiesta. Todo un espectáculo. Porque pienso, además, que el restaurante del hotel debe disponer de un convenio con los cruceros del Rhin, para que los grupos acudan a cenar, con un pequeño conjunto musical, muy simpático, que ofrece melodías alemanas populares y otros temas muy conocidos.
El baile es obligado y las sonrisas tambien. Muchas sonrisas.
Ante este espectacular ambiente, los huéspedes del hotel tambien cenamos y disfrutamos de la fiesta.
La comida es muy buena, algo alta de precio, pero lo merece el lugar.
Las habitaciones son acogedores, el precio del hotel es asequible, la relación con la calidad es buena y, importante, acuden clientes asiduos de otros paises.
Es decir, si el visitante vuelve, es una buena señal.
Por lo demás, pueblo encantador, con casas de entramado de madera, y, en la calle principal, Drosselgasse, enfrente del hotel, animación continúa.
Recomiendo el hotel por su buena relación calidad-precio, y el restaurante por la bellísima terraza, aunque el precio sea un poco elevado.
Ah !! No dejen de comprar el Riesling de los propietarios, el "Charme", muy buen paladar y buen precio. Parking privado justo al lado, gratuito. A disfrutar !!Más
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