Pescado fresco en el centro de Córdoba. En un entorno precioso como es un palacio. Amabilidad y muy buen servicio

Calidad de comida típica, buen ambiente, personal amable. Los platos típicos y las sugerencias del día con los mejores sabores.

No es una taberna, es todo un señor restaurante, y gracias a Miguel pudimos disfrutar todos los días de nuestra estancia de sus excelentes platos.
El trato de 10, la comida y los postres, también espectaculares (gran variedad, y sobre todo teniendo opción de medias raciones, raciones completas, o platos individuales. Esto da la opción de poder probar un poco de todo, aunque solo haya dos comensales).
Sin duda, cuando volvamos a Córdoba, repetiremos.

Llamamos en plena semana santa para reservar, imposible. Nos dieron la opción de ir a partir de las 3 de la tarde, cuando la gente se empezara a la levantar de las comidas nos ubicarían en una mesa. Efectivamente así lo hicieron, con agilidad.
El personal muy agradable y eficiente.
Nos dejamos guiar por las sugerencias y cantidades que nos recomendaron, un acierto. Compartimos salmorejo, berenjenas fritas, boquerones, croquetas de rabo de toro, tartar de atun y churrasco a la pimienta. Todo esta bueno, materia prima bien tratada. Destacar el churrasco y el tartar de todo lo que probamos.
Repetiríamos sin dudarlo.

Excepcional relación calidad precio
El servicio es inmejorable y el trato es superior.
La valilla y cristales no se quedan atrás con el entorno antiguo y cómodo