Magnífico hotel en la ciudad de Gijón. Lástima que no esté cerca del mar pero se tarda poco en llegar a pie tanto a la playa como al centro histórico.
La habitación amplia, bonita y con un buen baño. En nuestro caso había una bañera con hidromasaje además de la ducha.
El personal, de lujo. Siempre con una sonrisa y muy, muy amables. Tanto en la recepción como en el desayuno. Es algo que he percibido constantemente en todas las veces que he estado en Asturias, donde no termina de sorprenderme la amabilidad y simpatía de los asturianos. Pero en este hotel, esa amabilidad está más que garantizada.
El hotel dispone de una piscina y otra con burbujas para relajarse, además de gimnasio.
El desayuno buffet es de los más completos y sabrosos que he visto, y he estado en muchos hoteles. Una gran variedad de platos, con el personal siempre muy pendiente. Las medidas de seguridad contra el covid-19 las veía constantemente en todos los detalles.
Las camas cómodas y la habitación muy limpia.
Dispone de un parking.
El único punto negativo fue la constante espera del ascensor, con muchos huéspedes y no poder compartir había que esperar mucho o subir por las escaleras. Creo que además fallaba uno de los dos ascensores.