Sitio para disfrutas de comida moderna - tradicional.
Recomendable, además de ser un sitio súper romántico para una velada con encanto

La carta está compuesta por platos son variados con un toque diferente, aunque son algo pequeñas las raciones, aunque sí que pudimos elegir platos para celiacos. El atendimiento fue muy bueno y el servicio salió con rapidez.

Ambiente agradable. Buen vino teneguía por copa. La comida muy buena y la calidad precio inmejorable. Muy recomendable

Cenamos un codillo y una brocheta de pollo de los que entran diez en la docena. El cochino insípido, el pollo sobrecocinado, pero en fin, pensamos que es uno más de los sitios turísticos sin alma que uno se encuentra en cualquier plaza. Lo más divertido fue que al sentarnos solicitamos una determinada marca de cerveza. Nos dijeron "las hemos vendido todas". A los 30 minutos en una mesa contigua de 6 clientes obviamente locales sirvieron 5 cervezas frías de la misma marca que habíamos pedido y de la que supuestamente habían agotado existencias. Pedimos explicaciones y nos dijeron "acabo de bajar una caja". O sea para los locales se molestan en bajar una caja y a los turistas de paso que les den morcilla. Pues es el sentimiento es mutuo. Nos sentimos insultados. Si vds. están de paso absténganse y más en estos tiempos de Covid. No desinfectan las mesas y sillas entre clientes. Una tomadura de pelo.

El restaurante está ubicado en una placita, había poca gente así que resultó bien acogedor. La comida rica ( yo pedí rabiolis, 8/10 y mi amiga rape, este no me gustó tanto).
Mi hija comió arroz con verduras, muy rico tb.
Calidad- precio muy recomendable.