Cocido como dios manda , el lugar bonito , piedra , madera , limpieza escrupulosa y si vamos al grano la comida: un 10 . Calidad en las carnes , punto de sal perfecto en la sopa y garbanzos tiernos. Un chupito para culminar y felicitar a cocina y servicio . Volveremos

… en nuestra estancia en su magnífico hotel.
Aclarar que la carta, como tal, se limita a un menú de 20 € donde se eligen varios entrantes, varios segundos y postres a elegir con bebidas incluídas. Además, cada día, tienen “cuchara de la posada” y este día que fuimos, jueves, nos tocó COCIDO con su sopa, carne de cerdo cocida, garbanzos, verdura, morcilla … Todo rico, abundante y muy servido y el precio, ya lo ven.

Aunque no estés hospedado puedes disfrutar de un desayuno tipo brunch excepcional. Todo un lujo sobre todo si hace buen tiempo ya que lo puedes hacer al aire libre en el claustro. Una auténtica delicia para los sentidos. Precio 10€

El sitio es un enclave histórico y bonito y eso es lo que le salva. La habitación recién reformada pero muy pequeña y el baño aún más, parece más el baño de una autocaravana.
Desayuno normal y con el tema COVID peor aún por las restricciones que hay.
Parking muy bien, un lujo aparcar ahí.

Comida leonesa y servicio muy atento. El lugar ya lo conocíamos pero no sabíamos que se podía comer en el claustro, un espacio precioso donde comer y pasar una buena sobremesa al aire libre. Protocolo COVID muy acertado. Pedimos menú del día : rissoto de morcilla y espárragos verdes , gazpacho de cereza con queso de cabra , de Segundo bacalao y confit de pato . Postres caseros y un gin tónic para disfrutar del lugar. Servicio atento a pesar de estar lleno