En el pasado ( más de 10 años ) , ya nos sorprendió en una consumición que realizamos en Barra.
Este año de nuevo y con familia decidimos elegir este restaurante .
Lamentablemente no realizan reservas en terraza pero es lógico pues necesitan ( y más con la crisis que ha generado y genera el COVID) no tener las escasas mesas vacías a la espera de clientes que han reservado y puede que no lleguen ( esto debería ser como en los hoteles sin justificación de anulación , cobrar por reserva) dar servicio.
No esperamos casi nada , todos fueron facilidades ( incluso para una persona con silla de ruedas que llevábamos ) . El personal es servicial con nota de 10 mínimo .
El entorno es agradable , es una delicia disfrutar de la terraza.
La comida muy buena , todas las raciones son suficientes no excesivas . La confección de las mismas son dignas ( el bacalao muy bueno) , la cecina en una media de calidad . La recomendación del vino ( siempre tiran para la tierra y los alabo ) fue excelente un Prieto picudo a muy buen precio y una calidad alta.
En definitiva , para repetir.
Gracias a todo el personal por el servicio recibido para la persona mayor en silla de ruedas y por la cercanía a los preadolescentes que fueron atendidos con pulcritud y amabilidad