Lugar acogedor y tranquilo. Se puede conversar sin necesidad de tener que alzar la voz. Muy buen servicio . Javi nos indicó que vino blanco beber, sacándonos una selección de botellas. Nos recomendó un blanco catalán, raro de conseguir ( según nos dijo ) y acertó de lleno. Ninguna sorpresa en el precio , ya que nos fue indicando el precio de cada botella ( habitualmente, cuando se te ofrece algo fuera de carta , no suelen indicar el precio , viniendo al pagar , las sorpresas desagradables ); gran acierto. Elegimos el menú largo , en el que todo estaba espectacular..... me sorprendió el pollo villaroy , espectacular, entre otros platos . La anécdota de la comida sucedió al pagar , ya que había un error en la cuenta , y no , no fue que nos cobraran de más, todo lo contrario , ya que les avisé de que nos cobraban los menús largos como cortos , 30 euros menos , cosa que nos agradecieron por avisarles.
En conclusión, un lugar exquisito para probar y repetir.