Visitamos el lugar con muchísimas expectativas tras lo visto en rrss. Resultó bastante decepcionante.
De entrante pedimos burrata, rica, cremosa, correcta, pero puesto que consiste en poner un trozo de queso sobre una cama de rúcula, no creo que sea algo destacable.
De segundo dos platos de pasta. La carbonara completamente saturada de pimienta, con lo que solo sabía a eso a los crocanti de queso de tamano excesivo.
La pasta de marisco mejor conseguida y el marisco a punto.
Los postres fueron lo más decepcionante con diferencia. Un tiramisú con bizcochos completamente empapados en café y una crema mascarpone sosa y con sabor a nata, y un nutelloto que, tras leer las maravillas que rezan en distintos medios nos resultó un chiste de mal gusto. Un mazacote de mascarpone con 4 chorritos de nutella y un punado de pistachos por encima (lo mejor el sabor a nutella, lo cual no tiene mucho mérito para un postre de 7eu...).
El servicio fue correcto y el local era bonito.
En definitiva, NI DE LEJOS el mejor restaurante italiano de la ciudad. Demasiado marketing y poco producto.