Puntuamos este restaurante tan bajo, porque nos hemos llevado una decepción.
Ya habíamos estado dos veces en viajes anteriores, y la experiencia fue positiva.
Hice la reserva una semana antes de ir.
Dos días antes, me llegó un mensaje de cambio de nombre y carta.
Cuando llegamos, 5 minutos más tarde de la hora, nos dijeron que no tenían más mesas de 2 y nos colocaron en una mesa alta al lado de la barra, con taburetes, que si bien para tapear o picar algo está bien, para una cena más o menos formal, no es nada cómoda.
Bastante desbarajuste en el servicio.
De la carta de vinos, no tenían ni la mitad. Al final, vino (creo que era uno de los dueños), con dos botellas de lo que tenían.
De la carta, los nachos que antes era una ración más que suficiente, ahora es la media de antes.
Los tacos de pato, 2 y casi no se ven en el plato.
Arrachera a la parrilla, pasable.
Sin postre, 70 euros (el vino era normalito)
Caro para lo que comimos.
Espero que fuera un mal día, pero a mi ya no me ven el pelo.