Fuimos a almorzar y cuando estábamos por terminar vimos a uno de los meseros cuando empezó a cambiar los cubiertos de las mesas vacías. De pronto se le cayó un cuchillo, lo recogió del suelo y lo puso en uno de los puestos de una mesa.
Esto lo comentamos con otra mesera, pedimos la cuenta y jamás volveremos a comer de nuevo en este restaurante. Cero cuidado con la salud de los comensales.
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