Es una lástima que un bar/restaurante como JURUCHA, con buenas tapas y unas viandas tan bien elaboradas, cuide tan poco la higiene de los camareros. Pensaba que en los tiempos actuales y después del COVID, no iba a ver como un camarero puede servir la comida, en este caso croquetas, con la mano en lugar de con unas pinzas o cubierto; con los riesgos de salud que conlleva por las posibles bacterias asociadas a todo lo que su actividad puede depararle. Esto, unido a la obligatoriedad de lavarse las manos después de utilizar el baño, debería ser una norma estricta de higiene de los responsables del establecimiento. Más que nada para proteger la salud de sus clientes y la higiene del local. Muy deseable para todos y el futuro del negocio.
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