Tenía muchas ganas de probar este sitio, del que hablan maravillas, la experiencia respecto al precio no fue satisfactoria, teníamos reserva para 6, llegamos y el chico nos ofrece una mesa para 4 con 2 sillas extras en los laterales, claramente no cabíamos, además íbamos con 2 nenas bastante movidas, nos dice que si no podemos pasar al otro comedor, aceptamos pensando que cambiaríamos de altura, pero pasamos al otro comedor, una lastima, no están bonito como el primero donde quería comer, nos ponen una mesas cuadrada seguido de otra redonda, imposible pedir nada al medio por la distancia con los demás, una vez sentados pedimos vino, lo tienen en el almacén y caliente, nos ponen hielo en la cubitera como solución, respecto a la comida, yo pedí los ravioles rellenos de longaniza y verdura, muy ricos, pedí el extra de trufa en lascas y aquí si me llevé una decepción, 0 aroma, 0 sabor, no soy un experto, no sé porque es esto, otras veces lo he probado y es una delicia, para las nenas pedimos pasta carbonara, salen una especie de macarrones ( desconozco el nombre de la pasta ) que sabían muchísimo a queso cheddar ( o similar ) a mi hija le encanta la carbonara y no había manera, decepcionado con este restaurante ya que tenía las expectativas muy altas, por último quiero decir que el servicio fue bueno y los chicos fueron muy amables.
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