Hemos ido a comer a muchísimos sitios, y os puedo asegurar que ninguno como este.
La calidad del producto es sencillamente inmejorable, pedimos un surtido de embutidos de buey, a cada cual mejor. Finalizamos los entrantes con un steak tartar (El mejor que me he echado al pecho) y pasamos a pedir un chuletón de buey. No tengo nada que decir, solo pediros que vayáis a probarlo, que auténtica locura de sabor. Templo de absoluto culto pa comer carne de calidad. A todo esto tienes que sumarle lo bonito que es el local y el trato de 10 del personal, en especial Julio y Francesco que estuvieron ahí para ayudarnos en la elección de la comida y muy atentos para que la velada fuese perfecta, un saludo para ellos! Volveremos seguro (muchas veces).
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