Fuimos a comer dos días a este restaurante en nuestra estancia en Roma (repetimos por cercanía a donde teníamos que coger el bus al aeropuerto). El primer día pedimos pizzas y estaban buenas, aunque eran bastante caras. Pedimos cerveza, que era muy cara (6€), y agua, que te la traen en una botella abierta con el nombre del restaurante (era del grifo) y pensamos que sería gratis. Al acabar pagamos sin mirar el ticket e incluso dejamos una propinilla.
El segundo día que fuimos pedimos el menú que era "económico", y había como cuatro opciones de pastas diferentes. Al pedir la camarera no se apuntó nada, y se equivocaron dos veces de plato (no se enteraban de nada). Además, todos los platos eran lo mismo al fin y al cabo, pasta con tomate. Volvimos a pedir agua. De postre pedimos unos helados (no eran caseros) que fueron carísimos. Esta vez miramos la cuenta y vimos que el agua la cobraban por 2.50€ (siendo del grifo...) y que cobraban unos 6€ de más, a lo que al preguntarle al camarero este respondió que era la "propina", y nosotros dejándole otra propina el día anterior... Flipante, 1.50€ de propina por persona porque sí, obligatoriamente. Nos engañaron como tontos.
No vayáis.