pasaba de casualidad por ahí y si te paras frente a la vitrina del local que da a la calle es imposible resistirse a entrar a probar alguna de las maravillas que puedes ver.
panes deliciosos, postres deliciosos, chocolates buenísimos.
los precios no son precisamente económicos, pero creo que la calidad y sabor lo justifica.
puedes comer ahí o pedir para llevar y te lo dan en una cajita de cartón muy bonita.
lo único que puedo criticar es que el personal no habla español y ni el intento de entenderte hacen, y en general no tiene la mejor disposición para con los clientes y no esperes una sonrisa o un gesto amable de su parte por que no lo obtendrás.
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