El sitio esta en una zona llena de restaurantes, pero la verdad es que su su terraza tiene unas vistas que no se las recomendamos a nadie, una farmacia, un punto para hacer test te covid y una carretera con bastante ruido.
Teníamos reserva y al llegar al restaurante, aun con mesas libres dentro nos mandaron a la terraza, concretamente a una esquina. No quiero pensar mal, pero resulta curioso que toda la gente que estábamos en la terraza (noche lluviosa por cierto) éramos jóvenes, un grupo de veinte añeros, y varias parejas cuando dentro era todo gente mas..mayor? Quizás solo es una coincidencia.
El menú, para la zona y la ubicación es elevado, pero lo que pudimos probar tenia bastante calidad.
Las croquetas de pulpo 100% recomendadas, muy buenas. 6.5€
El tataki de atún estaba genial, en su punto y acompañado de una especie de puré de wasabi buenísimo. 18€
El "Entrecot de Ternera con: Mostaza" No estaba mal, pero me pareció bastante normalito. Lo sirven acompañado de una ensalada que me recuerda a las de bolsa, por 23€, ciertamente esperas algo un poco mas refinado.
Solo tienen cerveza Heineken.
En cuanto al servicio, la camarera que se llama Mili es un encanto y habla un ingles perfecto.
En definitiva es una opción a tener en cuenta, pero el precio podría ser algo mas competitivo para la zona.