Un hotel confortable en una ubicación inmejorable, a un costado de San Esteban. Coqueto. Un supermercado enfrente, el metro a una cuadra, muy cerca de la estación central de trenes, a dos paradas de metro.Desayuno espectacular. Limpio, muy bien equipado, con mesa, escritorio, dos placards (se trataba de una habitación doble). Muy buena calefacción. Frazadas y almohadas demás. Linda vista a la calle. Baño con elementos de tocador (no solo shampoo sino también crema para el cuerpo). Excelente atención del señor que trabaja a la mañana, cuyo nombre no pregunté lamentablemente. Frigobar.Internet gratis y que funcionaba muy bien en la habitación. Unica crítica: faltaría un set de café y té, o por lo menos un calentador de agua. Esta falta se compensaba porque se podía pedir agua en el restaurant, pero hubiera sido mejor tener esa posibilidad en la habitación