Insistí en escoger esta posada para pasar mi cumpleaños llevado por los generosos comentarios que leí en trip advisor y en reseñas en internet. Quizás sobrestimé las opiniones y el hecho de que la posada está atendida por su propio dueño, sinónimo por lo general de esmero y atención . Pero la verdad sea dicha, El Encanto está a medio camino de ser un lugar digno de repetir.
Lo bueno? Su emplazamiento en la montaña orientada hacia unos valles que regalan unos atardeceres únicos. Sus instalaciones son cuidadas y reflejan buen gusto y el esfuerzo de su dueño a través de los años, considerando las dificultades propias de la situación del país
Lo malo? La atención, definitivamente . Créanme, he estado en moteles de carretera que atienden mejor. El trato es impersonal e indiferente, como si no les importara el que quisieras regresar, cosa que no tengo planteado hacer habiendo otras opciones. Solo rescato a Jesús, un adolescente con la cortesía y el ánimo de hacerte sentir bien. Sin su presencia la estadía hubiera sido menos que agradable.
Que deben tomar en cuenta? El camino a la posada está mal señalizado y algunos tramos de la carretera estan deteriorados, un gps o google maps es imprescindible.
No es un sitio para llevar niños pues no tienen ni actividades ni áreas para ellos. Lo empinado e irregular de sus senderos lo hacen inapropiado para ancianos o discapacitados. El tema del suministro de gasolina en Sanare es complicado ( colas de dos días)y olvídese que en la posada colaborarán con usted. Tome sus previsiones.
En resumen? Lamentable desperdicio de una maravillosa ubicación. Tendré mas cuidado en mis próximos viajes con las recomendaciones del Circuito de la Excelencia. Creo que han bajado su estándar.