La comida francesa que ofrecen es excepcional, con platos deliciosos y bien presentados que reflejan una gran atención al detalle. El ambiente es acogedor y elegante, creando una atmósfera perfecta para una cena especial. El servicio es atento y profesional, lo que hace que la experiencia sea aún más agradable. Sin duda, recomiendo este restaurante a cualquiera que quiera disfrutar de una comida francesa auténtica y exquisita.

Después de haber visto las opiniones decidimos ir a comer a este restaurante, llegando a las 13:40. Sabiendo que en Francia es un poco tarde, preguntamos si nos servirían contestándonos que sí. Tras aparcar el coche al entrar en el local e indicar que éramos dos adultos y 4 niños, la persona que un rato antes nos había dicho que sí, sorprendentemente nos dice que sintiéndolo mucho ya no es posible y solo nos pueden servir platos fríos. Realmente decepcionados después de habernos desplazado desde la Rochelle.